Ser Sexy, toda la vida
Sexy es una palabra que no solemos usar para referirnos a las personas mayores. Por lo contrario las creencias prejuiciosas suelen considerar que el atractivo va aminorando conjuntamente con el impulso sexual.
En este artículo quisiera pensar con ustedes de que manera el creer que el atractivo se pierde con la edad produce una disminución del deseo sexual.
Como ya vimos en otros artículos el deseo no es solo una cuestión de hormonas o de cambios en el funcionamiento sexual, sino de circunstancias vitales que influyen en nuestras emociones, la calidad de las relaciones sexuales que tuvimos a lo largo de la vida, nuestro estado de salud, los valores y criterios que tengamos sobre el tema, la mirada social, que en este caso suele ser muy prejuiciosa y negativa, y a lo que me quiero referir especialmente, la imagen o la valoración que tengamos de nosotros mismos.
Sentirse Atractivo, Ser Atractivo
A medida que la gente envejece los cambios físicos como las arrugas, la caída del pelo, el no sentirse bello, vigoroso, capaz o fuerte pueden disminuir la sensación de ser atractivos y con ello limitar sus propios deseos.
Del mismo modo que en los adolescentes los cambios corporales pueden llevarlos a la inhibición sexual o a patologías como la bulimia y la anorexia por la pérdida de una representación positiva de si mismos, encontramos que en muchos mayores los cambios no terminan de ser asumidos y aceptados, generando que su cuerpo sea visto como algo no agradable, lo que produce una inevitable limitación a nivel sexual.
Por ello, muchas personas mayores luchan denodadamente con la gimnasia, las cirugías estéticas u otros tratamientos tratando de hallarse lindas o lindos pensando que con ello podrán ser atractivos. Sin embargo, es importante saber que sentirse atractivo tiene mucho más que ver con una actitud personal que con un estado físico. Aunque seguramente los que más ganas tengan de gustar buscarán también estar en mejor estado físico o simplemente estar más coquetos.
Ser atractivo tiene mucho que ver con pensar que uno puede seguir dando algo importante a la otra persona, es decir que le puede hacer falta al otro. Así como también saber buscar, mirar o seducir. Para ello hace falta no estar demasiado interesado en agradar, sino en saber buscar el deseo y el interés de la otra persona con una actitud activa y positiva.
Cambiar la escena
Atraer o sentirse atraído también está muy fuertemente asociado con la novedad. Muchas personas que sienten que ya no tienen interés en el sexo parecen recuperarlo prontamente cuando encuentran a una nueva pareja. Otra vez hallamos como el impulso biológico del sexo se ve alterado por el deseo, es decir por ese continuo intercambio de emociones, miradas y sensaciones que se produce entre las personas.
Muchos matrimonios pierden el interés porque la pareja se volvió más un familiar que un partenaire. La novedad es una base importante del deseo, aunque esto no nos tenga que llevar a cambiar de pareja todo el tiempo.
Jugar las fantasías, construir mundos personales donde cada uno tenga una vida aparte, lleva a que la novedad aparezca en la propia pareja. Lo que debería alertar a las personas mayores de no volverse demasiado familiares y respetar los espacios de intimidad para posibilitar que el juego del deseo se mantenga vivo y seguir siendo atractivo para el otro.
Ser sexy o atractivo en este caso no tiene que ver con la edad sino con la capacidad de seguir buscando y encontrando un lugar para el otro y en el otro.