Psicología y Asesoría en Mediana Edad y Vejez
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¿La gente grande es feliz?

No es fácil definir que significa la felicidad. Cuando creemos alcanzarla se nos escapa como arena que se derrama entre las nuestras manos. Pero también sabemos que cuando menos nos damos cuenta nos tropezamos con ella, y allí con un mate, un cafecito y una buena compañía, nos encontramos embriagados de placer. Por eso hoy me interesa pensar con ustedes, si creemos que la gente grande puede ser feliz.

“Juventud divino tesoro» aparece como una consigna sagrada a la hora de pensar ciertos estilos de vida y por qué no, algunas sensaciones y estados de ánimo. Una de estas parece ser la felicidad, a la que solemos asociar a la juventud y disociarla de la vejez.

Desde hace algunos años se ha comenzado a pensar de un modo científico sobre este tema y quisiera traerles algunos resultados que se hallaron. En una investigación realizada en la Universidad de Buenos Aires se interrogaba a la gente acerca de cuál era la edad más feliz. La respuesta mayoritaria era la juventud, pero cuando a posteriori se preguntaba «cuál es la edad más feliz para usted», la gente tendía a pensar en edades más tardías. Esto nos indica, por un lado, la fuerza del mito de la juventud feliz, y por el otro, nos permite pensar que algunas concepciones acerca de lo que se supone que es ser feliz no son tan ciertas.

Por esto quisiera hacer referencia también a los resultados de una reciente investigación hecha en EEUU. Se entrevistó a dos grupos, uno de ellos, sus componentes tenían en promedio 30 años; y el otro de 70 años. A unos y otros se los interrogaba acerca de su presente, su pasado y sus futuras expectativas de felicidad y de cuán felices serían cuando el grupo de 30 tuviera aproximadamente 70 y cómo se imaginaba el grupo de los mayores en el futuro.

Los resultados fueron interesantes ya que, por un lado, ambos estimaron que iban a estar menos felices a medida que envejecieran; pero, por el otro, en los autoinformes, es decir donde se la gente hace referencias más personales, las personas mayores demostraron encontrarse más felices que los jóvenes.

¿Por qué nos sorprende? Porque nos muestra que los mayores pueden ser más felices que los más jóvenes lo que tira abajo una serie de estereotipos del supuesto «drama del envejecimiento».

Para la investigadora no son claros los motivos por los cuales una persona mayor puede sentirse mejor y especula con que focalizan menos en los logros y más en las relaciones personales y en el disfrute más inmediato de la vida. Pero también hay otras respuestas. Hace un tiempo, mientras daba una charla, le pregunté al auditorio acerca de la felicidad de la gente grande y una señora se paró y me dijo más o menos así: “Este es el momento más feliz de mi vida, porque puedo hacer lo que quiero y lo que me gusta, cuando toda mi vida había tenido que hacer cosas para los otros”

Todo esto nos muestra como la idealización de la juventud y la descalificación de la segunda mitad de la vida nos llevan a limitar nuestra propia percepción acerca de nuestra vida y a temer un futuro que probablemente nunca llegue a suceder. Resulta notorio cómo cuando la gente mayor habla sobre la vejez repite ideas negativas acerca de esta etapa vital sin poder pensar como la está pasando en su vejez.

Si fuésemos mejores pronosticadores de nuestros padecimientos o disfrutes podríamos sufrir menos, especialmente en la mediana edad, tratando de evitar el envejecimiento; alejaríamos negras profecías que pueden autorealizarse, y así podríamos mirar con mayor realismo la vejez para que sea posible manejar esta etapa vital del modo más personal posible y seguir creyendo que podemos tropezarnos con la felicidad.

01/10/2006 / Blog, Notas periodísticas / Tags: Diario La Cita

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