El juego también es cosa de grandes
La pérdida de su mujer y el cierre del comercio en el que había trabajado los últimos años fueron recluyéndolo, con un llamativo alejamiento de su familia y ocultamiento de lo cotidiano. Ante las preguntas de los hijos y nietos, sus respuestas eran variadas y poco creíbles, lo que les generaba preocupación y enojo. Un desvanecimiento repentino, por el que debieron llamar al primer contacto del celular, su hija, reveló donde transcurría su tiempo: en el casino…