El erotismo no se va con los años
Especialista argentino llama a las personas mayores a ver su cuerpo como motivo de placer, no de dolor.
Marcia Franque
Los pares
Como una forma de valorar la vejez, el sicólogo Ricardo Iacub destaca la necesidad de que las personas mayores se reúnan y compartan sus necesidades y realidades. Afirma, además, que cuando las personas se cierran a su erotismo los invade el malhumor, la irritabilidad y la depresión.
Relacionar a la tercera edad con una sexualidad disminuida es un error común que cometemos todos y hace mucho daño a las personas de edad avanzada.
Eso lo dejó muy en claro ayer el psicólogo y docente de la Universidad de Buenos Aires, Ricardo Iacub, quien participó como principal orador en el curso de Revolución Sexual en la Vejez , que dictó la Universidad de Valparaíso.
Plantea que el ser humano es erótico por naturaleza, entendido como un concepto muy amplio que incluye la sexualidad y las formas de encuentro entre los seres humanos, como las miradas y todo aquello que nos hace vibrar internamente.
«El problema concreto es que la sociedad expulsa a los viejos de todo aquello que se relaciona con su erotismo, lo que se contrapone con su necesidad de expresar más su sensualidad», comenta el psicólogo, quien asegura que con los años lo que disminuye es la frecuencia sexual, no el deseo.
Sociedad injusta
«El hombre es un ser erótico desde que nace hasta que muere. En las mujeres esto se expresa en su necesidad de ser miradas y deseadas, y en los hombres en sus fantasías eróticas, que se producen incluso sin que haya una erección», asegura Iacub. Plantea que como contrapartida, la sociedad sutilmente conmina al adulto mayor a una vida sin expresión erótica, lo que afecta su comportamiento sexual. En esta línea se encuentra, por ejemplo, la valoración por lo estético, que en la práctica se traduce en que una persona de mayor edad no se siente atractiva. «Ésta es una limitación muy fuerte, porque nos han hecho pensar que para ser deseables, tenemos que tener un cuerpo agradable al otro», dice el docente, quien afirma que el sobrevalorar lo estético (como la belleza o la juventud) , afecta negativamente al ser humano, pues la sexualidad va más allá de ello. Sin embargo, plantea que el rechazo de la sociedad hacia el cuerpo de la persona mayor, es incorporado por éste, quien se niega a sí mismo a experimentar el goce sexual. Por el contrario, el psicólogo llama a los adultos mayores a aprender a disfrutar de su cuerpo y verlo como motivo de placer y no de dolor.
A su juicio, esto incluye también la masturbación, que es sana, que favorece la fantasía y ayuda al aparato genital a mantenerse en buen estado. «Hay investigaciones que revelan que las personas que tienen una actividad sexual más rica, viven más y con una mejor calidad», afirma el especialista, quien concluye que el cuerpo es un lugar de intimidad e infinito placer que nos acompaña hasta el final de nuestro días.